viernes, 11 de diciembre de 2015

Tu centro de Navidad, centro de todas las miradas



Las cena de Nochebuena está cada vez más cerca. Tenemos menos de 15 días para que todo esté listo para el gran día. La noche del 24 de diciembre es solo el principio, a partir de ese momento se suceden las comidas y cenas familiares: Navidad, Nochevieja, Año Nuevo e incluso la Noche y el día de Reyes. Todo depende de las tradiciones de cada hogar, y de la personalidad de cada uno. Habrá quien prefiera pasar en familia cada una de estas fechas, y quien lo hará con amigos. Pero para el tema que nos concierne hoy: los centros de mesa, el con quien nos reunamos es lo de menos. Lo importante es que alrededor de este centro de mesa, sentadas frente a frente estén las personas que queremos. Este es el ingrediente fundamental de la Navidad: compartir tiempo, risas, y dulces (¡cuantos más mejor!) con nuestros seres queridos. 
Una vez que tenemos ya en mente esas personas y sabemos cuantos seremos para celebrar, es importante ponerse manos a la obra con el menú y con la presentación del mismo. Así, además de la decoración de la casa, nos centraremos en los adornos de la mesa en la que tendrá lugar nuestro banquete. Es importante conocer el número de comensales, para poder realizar/escoger un centro de mesa que se ajuste a las necesidades de la mesa. Es decir, si se prevé un número elevado y la mesa es alargada podremos optar por un centro de mesa rectangular, si por el contrario la mesa es redonda, mejor que el elemento central respete esa forma. 




A continuación os daremos algunos consejos fundamentales para conseguir un centro elegante, bonito y funcional: 

Es importante, que si el resto de la casa está decorada, se respeten los colores de esa decoración, para no romper la armonía del ambiente. Es decir, si hemos optados por decorar el árbol en tonos plateados, sería conveniente que el centro tuviera también esos tonos u otros neutros. Sin embargo, si la casa no está decorada, la libertad a la hora de decorar la mesa es total.

El estilo del centro, a su vez, condicionará el del resto de la mesa: mantel, servilletas, vajilla y cubiertos no deberían desentonar con el susodicho. Por lo que os aconsejo optar por colores neutros. Los colores estrella de estas fiestas han sido siempre el rojo y el verde, ¿quién no ha tenido alguna vez un jersey en estos tonos? La tradición aconseja utilizar velas, musgo, piñas, y otros elementos naturales y colores que sean representativos de esta época. Aún así los metalizados son siempre una buena opción: hacen que, usados en su justa medida, cualquier ambiente sea elegante. Lo mismo sucede con el cristal, que además da sensación de sobriedad. 
Hacer con nuestras propias manos un centro de mesa es muy fácil y nos da la posibilidad de reciclar materiales que nos sobran, como pueden ser las bolas del árbol de Navidad; palets o bandejas que no utilicemos pueden ser el soporte perfecto. ¡Además se pueden hacer con bombones y frutas!
Por lo que al tamaño se refiere, sería conveniente que si optamos por un centro vertical, no sobrepasase los 30 cm de altura para que no entorpezca la visibilidad de los comensales y obstaculice la conversación. Si usamos velas, evitaremos aquellas que desprendan olor para que no se mezclen con el de los alimentos.  
Si sois de los que siguen la filosofía del Feng Shui, lo mejor es optar por un centro de mesa con manzanas, velas y flores rojas y blancas para atraer buenas energías. Pero sobre este sistema hablaremos la próxima semana. 


A continuación os proponemos algunos ejemplos: 

 



¿Cuál es vuestro favorito? 









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